sábado, 27 de noviembre de 2010

"Delincuencia Organizada"

La delincuencia ha manifestado en los últimos tiempos una gran transformación, observando, entre otras, las siguientes  tendencias: a) mayor organización, originando el desarrollo del crimen organizado; b) mayor violencia en la comisión de ciertos delitos; c) proliferación de los llamados “delitos de cuello blanco”, entre los que destacan los delitos económicos y financieros, trafico de divisas, fraudes a través de computadoras (fraudes informáticos) etcétera, d) internacionalización de la delincuencia, es decir, deja de ser un problema de carácter exclusivamente local o nacional, para convertirse en uno de carácter internacional o transnacional y que, por ello, ya no interesa solamente a un Estado, sino a muchos países del mundo, a la comunidad internacional, como es el caso del tráfico internacional de estupefacientes y psicotrópicos, y e) además, cuenta con un gran poder económico y, por ello, también con la tecnología más avanzada y con posibilidades de acceso a la información privilegiada; todo lo cual, como se ha dicho, hace que ella se encuentre en una posición ventajosa frente a los tradicionales medios de control estatal en los diversos órdenes, que frente a la caracterizada como delincuencia tradicional, común o convencional.
El crimen organizado es conceptualizado como una “sociedad”, que busca operar fuera del control del pueblo y del gobierno, pues involucra a miles de delincuentes que trabajan dentro de estructuras tan complejas, ordenadas y disciplinadas como las de cualquier corporación, mismas que están sujetas a reglas aplicadas con gran rigidez.
Esta forma corporativa, implica una estructura directiva, cuadros operativos, acervo tecnológico, ciclos de financiamiento, relaciones con otras corporaciones criminales, programas de expansión, jefaturas de proyectos, desarrollo y entrenamiento de personal, actividades de reclutamiento, control interno.
Se trata, pues, de una delincuencia de mayor “peligrosidad” que la común, pues permite el reclutamiento de individuos eficientes, entrenamiento especializado, tecnología de punta, capacidad para el “lavado de dinero”, acceso a información privilegiada, continuidad en sus acciones y capacidad de operación que rebasa, en el marco existente, a la posibilidad de reacción de las instituciones de gobierno. Se caracteriza, además, porque sus acciones no son impulsivas, sino más bien resultado de previsiones a corto, mediano y largo plazo, con el propósito de ganar control sobre diversos campos de actividad y así amasar grandes oportunidades de dinero y de poder real; su pretensión no es tanto el poder político, el cual le interesa más para propósitos de protección. En caso extremo, el propósito de la delincuencia organizada no es competir con el gobierno, sino utilizarlo.
Consecuencias de estas conductas ilícitas, lo constituyen el “comercio ilícito de armas”, “el uso de la fuerza física”, “la corrupción”, la “perdida de la seguridad urbana y rural” y aún “la participación en conflictos políticos y étnicos”; por lo que, se afirma, plantea una amenaza directa para la estabilidad de las naciones y constituye un ataque frontal contra las autoridades políticas de los Estados. (Moreno, M. “Política Criminal frente a la Delincuencia Organizada en México, en http://www.bibliojuridica.org/libros/1/131/17.pdf)     

La delincuencia organizada en México es tan poderosa, debido a la intervención directa  de algunos personajes políticos,  la proliferación, la eficacia y la buena organización de estos grupos es evidente, hay una complicidad, que les facilita muchas cosas y esto hace que aumente su peligrosita, y no sólo es dentro de las instituciones gubernamentales nacionales, sino también extranjeras.
Un claro ejemplo de esto es que muchas de las armas que utilizan estas organizaciones vienen de Estados Unidos, con esto no digo que el gobierno venda las armas directamente, pero contribuye pues sus leyes permiten que esto suceda.
Obviamente a nadie le conviene que estos delitos se castiguen en esencia, sólo en apariencia, pues al pueblo se le hace creer que estos delitos deben ser perseguidos y como le menciona Estulin, se fabrica opinión publica y así se “justifican muchos de sus actos, pero de esto se hablara en la siguiente entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario